Los orígenes del Bloomsday, la mayor fiesta de una obra literaria

7 de junio de 2022 – El Festival de Bloomsday es una de las mayores fiestas irlandesas que se celebra cada año el 16 de junio, ya que fue en este día de 1904 cuando Leopold Bloom, protagonista de la novela, fue recorriendo Dublín de un lado a otro. Lo que no es tan conocido es que también ese mismo 16 de junio de 1904, pero en el mundo real, James Joyce tenía su primera cita con la que más adelante sería su mujer, Nora Bernacle.

La primera vez que se menciona el Bloomsday es en 1924, cuando James Joyce escribe una carta el 27 de junio de ese año en la que habla de cómo un grupo de personas celebraría Bloomsday reuniéndose el 16 de junio. El nombre de la celebración nace por Leopold Bloom, significando así el “día de Bloom”.

Pero no fue hasta 1954 que se celebró el primer Bloomsday oficial cuando el famoso artista John Ryan y el popular novelista Brian O’Nolan se reunieron para organizarlo. Dedicaron el día 16 de junio a recorrer las rutas mencionadas en Ulises acompañados del primo de James Joyce, su hermano Tom Joyce y Patrick Kavanagh, un célebre poeta y novelista irlandés. Los escritores A.J. Leventhal y Anthony Cronin se unieron al grupo y llevaron las riendas de los dos carruajes de caballos con los cuales hicieron el recorrido.

Cada uno de los participantes tenía asignado un personaje de la novela y fueron interpretando las distintas escenas del libro. A.J. Levanthal representó a Leopold Bloom, Brian O’Nolan era Simon Dedalus, John Ryan participó como Martin Cunningham y Anthony Cronin hacía de Stephen Dedalus. La ruta que tenían planeada comenzaba en la torre Martello y terminaba en Nighttown, tal y como describe la novela. Sin embargo, según los relatos que se conocen, cuando llegaron al centro de la ciudad aparcaron su propósito y pasaron toda la noche bebiendo en el pub.

Desde entonces, el Festival de Bloomsday es uno de los más importantes de Irlanda y la ciudad se vuelca en la celebración, con la premisa de que lo importante es disfrutar, no importa si se ha leído la obra o no. Hasta Dublín peregrinan este día entusiastas de Joyce y del Ulises de todo el mundo.