Día 2
Una bahía con una isla por cada día del año, vistas desde la cima de una montaña sagrada, y sabores tradicionales. Disfruta.
Una montaña sagrada con vistas sublimes
No es únicamente un destino para peregrinos en Reek Sunday, el último domingo de julio: Croagh Patrick supone un ascenso impresionante, aunque exigente, en cualquier día del año. Pero vaya si reptar por la ladera rocosa no trae abundantes recompensas. Desde una altura de 764 m sobre el nivel del mar, puedes levantar la vista hacia la bahía de Clew y todo un panorama de brillante color azul salpicado, según dicen, de 365 islas… una por cada día del año. Si no te sientes con fuerzas para el ascenso, dirígete al Monumento Nacional de la Hambruna en Murrisk, un 'barco ataúd' simbólico, con esqueletos que conmemoran la Gran Hambruna que devastó esta parte de Irlanda.
SI TIENES MÁS TIEMPO
¡Esquila ovejas, corta turba, pastorea tu rebaño! Vívelo todo en la granja de Glen Keen.
De montañas sagradas al mar
Enmarcado por montañas que cambian de color según el ángulo del sol, el fiordo de Killary es un espectacular fiordo glacial que forma una frontera natural entre los condados de Mayo y Galway. Haz un crucero y puede que veas delfines en unas aguas que tienen el color de la tinta. ¿Quieres más maravillas de la naturaleza? ¡Pues pon rumbo a las cataratas de Aasleagh en verano para ver cómo saltan los salmones río arriba desafiando a la gravedad!
VEN EN LA ÉPOCA DE FESTIVALES
Visita Omey Strand en julio cuando se celebran las carreras de caballos en la playa. Es un día de excursión lleno de diversión, pero cuidado con la marea: ¡dicen que la playa de Omey "se come los coches"!
Clifden, la pintoresca capital de Connemara
El verdadero corazón de Connemara, Clifden llegó a ser un centro de referencia para los medios de comunicación cuando el inventor de la radio, Guglielmo Marconi, construyó una estación transatlántica de telégrafo inalámbrico justo a las afueras de la ciudad. Cuando hayas terminado de recorrer su historia, las galerías de arte y hayas podido admirar las vistas del atardecer desde Sky Road en Clifden, reserva una mesa en Mitchell's Restaurant, en el centro de la ciudad, para probar el suculento cordero de Connemara o un cuenco de sabrosa crema de marisco. ¡Delicioso!
NO TE PIERDAS…
Desde 1924, el Festival Anual del Poni, que se celebra cada agosto, exhibe lo mejor de esta raza autóctona, y es una maravillosa oportunidad para ver de cerca a más de 400 ponis.
Día 3
Descubre historia de la aviación, una conexión con el Caribe y el hogar del "Hombre de Aran".
Hermosa turbera con historia
Los lagos relucientes, kilómetros de turbera y antiguos muros de piedra que desafían la gravedad son típicos de Connemara, y Derrigimlagh no es ninguna excepción. Un paseo apacible en bicicleta por las carreteras de la turbera, si te gusta ir en bici, te mostrará el lugar del aterrizaje forzoso del que salieron ilesos los pilotos transatlánticos Alcock y Brown en 1919. Y otro lugar, mucho menos ilustre: las ruinas de una posada del siglo XVIII, llamada Halfway House. La leyenda cuenta que las desafortunadas personas que frecuentaban esta hospedería encontraban un espantoso final, ya que los habitantes les asesinaban a medianoche.
SI TIENES MÁS TIEMPO
Estira las piernas en la bahía de Mannin: al examinarla de cerca, verás que la "arena" está hecha de cochas finamente pulverizadas que brillan con colores rosas y amarillos al sol.
Un puerto diminuto lleno de grandes sabores
En el pintoresco pueblo de Roundstone, prueba a tocar algo de música en Roundstone Music and Crafts, donde Malachy, uno de los únicos artesanos del mundo dedicados a tiempo completo a la fabricación del bodhrán (una pandereta irlandesa), te contará todos los secretos de este instrumento autóctono. ¿Te apetece comer algo de pescado? Pues en Roundstone lo puedes pescar tú mismo, con excursiones de pesca que te llevan hasta islas cercanas. ¿Prefieres que te sirvan la comida? Entonces prueba marisco deliciosamente preparado en el que ha sido designado Pub del Año, O'Dowd's.
NO TE PIERDAS…
Cerca hay dos preciosas bahías de arena dorada: pégate un baño o simplemente pasea por Gurteen o Dog's Bay.
Estrafalario y moderno en la "Ciudad de las Tribus"
Llegando de la solitaria naturaleza de Connemara, la ciudad de Galway te acoge suavemente en su entorno urbano. Dominada por 14 familias mercantes desde el siglo XIII hasta el XIX, el pasado sigue percibiéndose frente al inconfundible Arco Español, por sus callejones serpenteantes y en el interior de sus tiendas tradicionales. La joyería que sirve de hogar del Anillo de Claddagh en Thomas Dillon's Jewellers siempre es una visita imprescindible, mientras que restaurantes de vanguardia como el Anair, con estrella Michelin, revelan un apasionante panorama gastronómico. ¿Prefieres comer algo rápido? Dirígete a Quay Street Kitchen para el mejor fish and chips a este lado del Atlántico…
VEN EN LA ÉPOCA DE FESTIVALES
Celebra más que solo crustáceos en el Festival Internacional de la Ostra y el Marisco de Galway (septiembre).
¿Te sobra algo de tiempo? Escucha la llamada de las islas Aran
La elección es tuya en Rossaveal, con las tres islas Aran, Inishmore, Inisheer y Inishmaan, invitándote a un viaje en ferry y en el tiempo. Pon rumbo a Inishmore donde Dún Aonghasa, un antiguo fuerte de piedra, se aferra a los acantilados sobre las atronadoras olas del Atlántico; Inishmaan, la isla mediana que se tiende a olvidar, con sus acogedores Bed & Breakfast y tradiciones ancestrales; e Inisheer, ¡famosa por sus animadas sesiones de música tradicional!