Espuma de mar, acantilados sobrecogedores, construcciones ancestrales: vive las asombrosas vistas de las Penínsulas del Sur entre Tralee y Ballydehob.
Sal desde Tralee y descubre cinco penínsulas maravillosas: Dingle, Iveragh, Beara, Sheep y Mizen, cada una con su propia identidad pintoresca. Desde la belleza ancestral y etérea del Anillo de Kerry al rugiente mar de Mizen Head en Cork, siente la sensación de estar en los confines del mundo, en una franja de costa indomable.
Día 1
Empieza desde Tralee y busca Dingle entre las inmaculadas playas y escarpados acantilados de la península de Dingle.
Explora el pueblo llamado Tralee
En el cuello septentrional de la península de Dingle, Tralee es todo lo que te imaginas en un boyante pueblo rural. Pero también alberga el llamativo molino de viento de Blennerville. Fue en este puerto donde la gente se despedía de Irlanda durante la Gran Hambruna, viajando hacia el Nuevo Mundo a mediados del siglo XIX. También es un pueblo apegado a sus tradiciones: disfruta de un espectáculo en Siamsa Tíre, el National Folk Theatre de Irlanda, o haz coincidir tu viaje con un festival absolutamente único: el Rose of Tralee International Festival, que se celebra cada año en agosto.
SI TIENES MÁS TIEMPO
Quédate absorto en tus pensamientos junto a las tranquilas aguas de Lough Gill en Castlegregory, o pasea por los kilómetros de playas vírgenes en el tómbolo de Maharees.
Dos pueblos que miran a la bahía de Brandon
Fáilte y bienvenidos…esta es una región Gaeltacht (de habla gaélica), pero no corras a buscar tu diccionario. Alrededor de los pueblos de Brandon y Cloghane, todo el mundo habla también inglés. A la sombra de monte Brandon, una de las cumbres más altas de Irlanda, ésta es la auténtica Irlanda rural, con cabañas de piedra y preciosos puertos que crean un ambiente de tarjeta postal. Pasea por aquí y tu justa recompensa serán las tierras altas cubiertas de brezo, que bajan ondulando hasta el mar.
SI TIENES MÁS TIEMPO
Cerca de allí, tómate un momento para la reflexión en el diminuto oratorio de Gallarus, del siglo VII, frente a las curtidas laderas de las colinas de Ballydavid.
Un legado literario de la costa de Dunquin
Mira al frente mientras bajas la empinada y estrecha carretera rural que serpentea hasta el puerto de Dunquin, y lo único que te separará de América serán las islas Blasket. Su residente más famosa fue la autora Peig Sayers, que al casarse se mudó a esta "solitaria roca en medio del gran mar". Deshabitadas desde 1953, las Blasket se ven mejor desde Dunquin, aunque a menudo puedas encontrarte compartiendo el sendero con algún rebaño de ovejas y su pastor. Hay ferris que salen desde aquí, y desde la cercana Ventry.
El auténtico corazón de la península
Uno de los residentes más famosos de esta pintoresca localidad es Fungie el delfín, y ya son legendarias las excursiones en barco para verlo. Cena el marisco más fresco que puedas probar en lugares como The Chart House, y quizá dedica un brindis a tu estupenda aventura con el whiskey, la ginebra o el vodka producido en la propia destilería de Dingle, Dingle Distillery, antes de pedir a los lugareños que te enseñen "cúpla focáil" (unas cuantas palabras) en gaélico para poder presumir cuando vuelvas a casa. Al fin y al cabo, ¡esto es territorio Gaeltacht!
VEN EN LA ÉPOCA DE FESTIVALES
Haz planes para asistir al Festival Internacional de Cine de Dingle (marzo), un espectacular evento de cuatro días que rinde homenaje a todo lo relacionado con el cine y la animación.
Día 2
Atraviesa la península de Iveragh a la sombra de las montañas más altas de Irlanda, la cordillera de Macgillycuddy, hacia la austera belleza de las islas Skellig.
Viaja un kilómetro (o tres) en Inch
Mientras las olas del Atlántico te bañan los pies, dedica un momento para relajarte en la playa de Inch. Solo entonces podrás entender por qué esta franja de naturaleza fue elegida por David Lean para rodar las escenas de playa de La hija de Ryan, y por qué se rodó aquí por completo la película El playboy del mundo occidental. Tanto aire fresco te abrirá el apetito, así que prueba algo en Jack's Coastguard en Cromane, ¡el Restaurante de Pescado y Marisco del Año para Georgina Campbell! ¡Mmmm!
VEN EN LA ÉPOCA DE FESTIVALES
¿Has estado alguna vez en un festival donde se corona a una cabra? ¡Solo en Killorglin en el festival de Puck Fair (agosto)!
La torre al final del mundo
Tu destino es la isla Valentia, pero pronto te distraerán las alucinantes vistas. Al fin y al cabo, esto forma parte del Anillo de Kerry. Ábrete camino por los sinuosos senderos de los acantilados verticales mirando hacia el océano, hacia la Torre de Bray Head. Construida durante la guerra napoleónica, la torre se volvió a utilizar durante la Segunda Guerra Mundial, y es donde verás la palabra "ÉIRE" deletreada con piedras: una señal para que los pilotos supieran que estaban en la costa de Irlanda. Echa un vistazo hacia las impertérritas islas Skellig, e incluso puede que veas pasar alguna ballena bajo el agua.
Día 3
Ábrete paso por la península de Iveragh, cuyas diminutas aldeas y preciosos puertos están curtidos por el mar ante paisajes simplemente asombrosos.
Las estrellas en el océano
Admira las islas Skellig desde la costa, ocultas entre el rugir del océano. Recientemente estas islas han sido el hogar de caballeros Jedi (fue una de las principales localizaciones de rodaje de Star Wars: El Despertar de la Fuerza) y fueron habitadas en el siglo VI por monjes que llegaron en busca de paz y soledad. Cuesta imaginar los desafíos a los que tuvieron que enfrentarse, viviendo en este lugar tan increíble. Si tienes la suerte de poder hacer una visita, sube los empinados escalones de piedra hasta donde las austeras cabañas en forma de colmena se aferran a la roca, y predomina una sobrecogedora sensación de calma. Si no, también puedes hacer una excursión en barco alrededor de las islas, o visitar el Skellig Experience en Valentia.
SI TIENES MÁS TIEMPO
Mira profundamente hacia la vasta extensión de la Vía Láctea en la Reserva Internacional de Cielo Oscuro de Kerry, la única Reserva de Cielo Oscuro de 'nivel oro' en Irlanda.
La joya del oeste
Escondido al final de la península de Iveragh está el precioso pueblo costero de Waterville, con kilómetros de playas de arena y vistas hacia el esplendoroso océano. Famoso por ser el refugio favorito de Charlie Chaplin, hoy en día se siguen contando historias sobre su habilidad pescando con mosca (o, más bien, su falta de ella).
SI TIENES MÁS TIEMPO
Las montañas se funden con el agua en el Waterville Golf Links, una visita absolutamente imprescindible para cualquier amante del golf.
De alta cuna
Rodeado por extensiones de bosque, el hogar ancestral de Daniel "el libertador" O'Connell, Derrynane House, merece una parada para poder absorber toda su grandeza. Viaja por la costa hacia el sur hasta otra lujosa mansión, Dromquinna Manor, que se encuentra entre 16 hectáreas de jardín arbolado. Después de tu exploración, el Boathouse Bistro, que se encuentra en un cobertizo para botes del 1800, es un buen sito para saciar tu apetito.
SI TIENES MÁS TIEMPO
¿Eres goloso? El adictivo Bake My Day justo a las afueras de Derrynane sirve una exquisita selección de dulces y tartas.
Belleza infinita en la cúspide de dos Anillos
A orillas de la bahía, el paraíso de tranquilidad que es Kenmare está encaramado entre el Anillo de Kerry y el Anillo de Beara. Famoso como destino gastronómico, no te pierdas el mercado agrícola de los miércoles para probar los magníficos productos artesanales. La historia del pueblo está repleta de elegancia, ya que la principal industria que creó riqueza fue la producción de encaje: entre los dueños de piezas de encaje de Kenmare se encuentran la reina Isabel II y el Papa. Pero la verdadera joya de esta zona está justo a las afueras de Kenmare. ¿Has querido ver alguna vez un majestuoso ciervo rojo de cerca? Visita el Parque Nacional de Killarney y podrías verlo.
SI TIENES MÁS TIEMPO
Reserva con antelación y cena a lo grande en The Lime Tree Restaurant: ¿qué tal suena una pechuga de pato de Skeaghanore o un filete de lubina a la plancha?
Día 4
Al llegar a la península de Beara, en el imponente Condado de Cork, prepárate para un viaje mágico donde cada paso llega de la mano de un antiguo relato.
El único teleférico de Irlanda
Abandonada en gran parte por los humanos, frecuentada únicamente por ovejas, la isla de Dursey está esperando darte la bienvenida… a través del único teleférico de Irlanda. ¡Quizá sea una buena idea no mirar hacia abajo mientras cruzas! La propia Dursey es un lugar de serenidad absoluta: aquí no hay hora punta, y las carreteras sin señalar serpentean hacia el sur entre el cementerio en ruinas y los antiguos menhires, hasta los restos de la torre de señales, de 200 años de antigüedad.
SI TIENES MÁS TIEMPO
Más de 10.000 toneladas de cuarzo forman hoy en día la playa de Ballydonegan, pulverizadas hacia más de 200 años en las cercanas minas de cobre.
El paraíso en el mar
Senderos bañados por los rayos del sol, raros especímenes de plantas y unos gloriosos jardines italianos: la isla de Garinish es una bella joya justo frente a la costa de Cork, cerca de Glengarriff. Pinceladas de coloridas flores y una enmarañada zona arbolada hacen que la isla parezca algo sacado de un sueño. En tu viaje de vuelta en ferry, mantén los ojos abiertos para ver a los residentes de Seal Rock, o la roca de las focas, jugando en las aguas que rodean la isla.
NO TE LO PIERDAS
Termina el día en Bantry pegándote un homenaje gastronómico con un risotto de rape y venado ahumado, cazuelas de mejillones y langostas vivas, en O'Connor's Seafood Restaurant.
Día 5
Acantilados espectaculares, bosques salvajes y pueblos ocultos…todo lo puedes encontrar entre las penínsulas de Sheep's Head y Mizen Head en Cork.
Un paseo por el lado salvaje
Sheep's Head es la más pequeña de las cinco penínsulas, pero está llena de carácter. Vegetación exuberante, abundante fauna salvaje, diminutos pueblos enclavados a lo largo de la costa…esta es la Irlanda más indómita. Párate en Ahakista, donde el bosque se encuentra con el mar, y recarga pilas en la Galería Heron y Café: ya que estás, puedes admirar la vibrante obra artística de Annabel Langrish. Si tienes ganas de aventura, sal a caminar por la ruta circular Sheep's Head Way Looped Walk: es un recorrido de 150 km, pero aunque solo recorras un tramo corto te quedarás maravillado con las impresionantes vistas del océano a ambos lados de Seefin Ridge, con sus laderas llenas de brezo.
SI TIENES MÁS TIEMPO
Pasea por el césped inmaculado de Bantry House, y explora esta magnífica mansión del siglo XVII. Aprovecha para aprovisionarte de las delicias que ofrece el delicatessen de Manning's Emporium.
No mires abajo
Entre acantilados marinos y el turbulento océano, Mizen Head sobresale hacia el Atlántico. Para llegar hasta allí, tienes que cruzar el puente de Mizen Head. Abajo, las fragorosas aguas se han descrito como hipnóticas en más de una ocasión, ¡así que mantente alerta! Asciende hasta la estación de señales para disfrutar de unas vistas inigualables del punto donde la tierra deja paso a las olas del mar. No pierdas de vista Fastnet Rock, una roca conocida como la lágrima de Irlanda, que vela solitaria entre las olas. Este era el último pedazo de Irlanda que veían los emigrantes antes de poner rumbo al Nuevo Mundo.
SI TIENES MÁS TIEMPO
Disfruta de noches de verano con palpitantes sesiones de música tradicional y marisco delicioso durante todo el año en el Crookhaven Inn.